Brisa

Alquilábamos nuestro primer departamento con patio y habíamos decidido que queríamos tener un perro.
Yo quería levantar un perro de la calle o buscar uno en algún refugio; Gabi, en cambio, había visto un labrador en algún lado y queria tener uno.
Así fue como empezamos la búsqueda y encontramos un aviso clasificado donde la ofrecían.

Nosotros no lo sabíamos... pero a partir de ese día nuestras vidas cambiarían para siempre...

Fue el domingo 15 de Febrero que fuimos a verla, íbamos en la camioneta con Florencia, Lautaro y Elin (mis sobrinos).
La vimos y nos enamoramos a primera vista, era una cachorra preciosa. Esa misma tarde la trajimos a casa... Brisa ya formaba parte de nuestra familia.

Como dicen a veces "sin querer queriendo" Brisa fue tomando confianza y se creó entre nosotros un vínculo bastante difícil de describir, entre mimos y lamidas nos fuimos conociendo hasta que terminamos siendo inseparables...

Fue para mí, la primera vez que generé un vínculo tan estrecho con un animal, y era, de alguna manera, una forma de reparar el abandono y el desamor con el que se había tratado a los animales que yo recordaba en mi familia...

Como dueños "primerizos" por cualquier motivo ínfimo, ibamos a parar a la veterinaria, así fue que gracias a una recomendación de mi amigo Rober la conocimos a la Dra. Ana, quien como pocos de sus colegas, sentía un profundo y genuino amor hacia los animales.

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