Papelito!

Estábamos una noche medio de madrugada trabajando en el cyber, cuando vemos pasar por la vereda un perrito "Ay que boooniiiitoooo"...
Pasó una vez y al rato, pasa de nuevo e intenta suicidarse cruzando por la Av. Rafael Nuñez a la altura del Nudo Vial... Yo salí corriendo y crucé atras de el... Por suerte ninguno de los dos fuimos atropellados (muchas veces los perros y yo hemos tenido la misma suerte) y cuando logré agarrarlo (con un cable de teléfono como correa), veo que tenía una herida no muy grande pero bastante profunda y con mal olor en el cuello...
Así fue como terminó en el lavadero de nuestra casa, hasta que a la mañana siguiente emprendimos nuestro viaje a lo de la veterinaria Ana. A ella le debemos el nombre ya que apenas lo pusimos sobre la mesa, nos pregunta:
- Como se llama?
- No sé, lo acabamos de encontrar y todavía no sabemos como ponerle...
- Ponele "Papelito", mirá como tiembla, parece una hojita de papel.
Todo eso mientras le escarbaba la herida y se encontraba con una gusanera tremenda y nos daba indicaciones para curarlo todos los días...

La llegada a casa fue complicada, no por parte de Brisa, que siempre fue una exelente anfitriona, sino por Prot que no quería saber nada de compartir casa con uno nuevo y buscaba atacarlo todo el tiempo...
Pobre Papelito, pada poder sobrevivir tuvo que vivir escondido en el lavadero y aguantar que todos los días le limpiáramos y le pusiéramos cicatrizante en la herida. A cambio de eso lo premiábamos con una galletita y una dosis de mimos que el aceptaba gustoso revolotendo la cola para todos lados.
No sé como será vivir mientras te comen los gusanos, pero recuperarte de eso debe ser un alivio inconmesurable.
Al tiempo ya estaba bastante recuperado e intentamos nuevamente juntarlo con Prot para que se hicieran amigos... Prot nos devolvió la atención abriéndole a Papelito nuevamente la herida del cuello y con eso nos quedó bastante claro que jamás podrían convivir juntos... De no ser así quizás hubierámos pensado en quedarnos con él, pero realmente era imposible.
Fue así como continuamos curándolo y del lavadero lo dejábamos pasar un rato a nuestra habitación para que no viviera encerrado en ese minusculo espacio, hasta que volvió a cerrarse la herida y luego lo ubicamos con una familia que lo quería.
Ese día, cuando lo dí, si bien estaba contenta porque era una gente lindísima, sentí que me daban un pellizco en el corazón y me volví llorando todo el camino, era alegría y era angustia, felicidad y tristeza al mismo tiempo.
Papelito fue "renombrado" como Tito, peluqueado por profesionales, hermano de un Caniche malcriado... Seguí en contacto con ellos y realmente puedo decir que fuimos afortunados ya que realmente lo quisieron de corazón, y vivieron felices por siempre...

2 comentarios:

N@tySan dijo...

AAAaahhh es muy lindo!!

Anónimo dijo...

Es hermoso lo que hacen, sigan así.